En días pasados la Cámara de Diputados federal aprobó para el 2010 un presupuesto de tres billones 176 mil 332 mil millones de pesos. Nada nuevo, pensaríamos, de no ser porque una bolsa muy importante de estos recursos fue repartida entre los diez estados de la República en donde el próximo año se efectuarán elecciones.
Lejos de pensar que semejante cantidad de recursos merecería una serie de candados que garantizaran su correcta aplicación, lo cierto es que nuestros diputados en San Lázaro decidieron aprobar sin el menor rubor el retiro de reglas básicas de fiscalización y rendición de cuentas.
El resultado de esta ¿desinteresada acción? de nuestros legisladores federales será que personajes de la talla de Héctor Ortiz, Ulises Ruiz, Fidel Herrera y Mario Marín, -entre otros-, tendrán carta abierta en sus estados para disponer de una millonaria cantidad de recursos en un año eminentemente electoral.
De esta suerte y con los presupuestos aprobados por los legisladores, los mandatarios tendrán más recursos, sin tener ninguna obligación de transparentarlos. La transparencia, se hizo agua, pues.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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